Poca presencia de los contrarios a los titiriteros en una representación en Barcelona.
Carlos Orquín
Barcelona 27 jul 2016.
El panadero y el Diablo, dos personajes de la compañía Títeres desde Abajo, se disputaron este jueves en Barcelona la conquista de la razón. Uno bueno, y el otro, malo; representaron ante un público de 50 personas en la Sala Fénix una pugna alegórica entre la clase trabajadora y la mandataria. Hubo un ganador y un perdedor. La obra —un conjunto de cinco piezas críticas llamada Cristobitas—, se desarrolló sin incidentes destacables ante una concentración de víctimas del terrorismo que criticaba la programación avalada por el Ayuntamiento de Barcelona. El motivo: la causa que abrió la Audiencia Nacional por enaltecimiento del terrorismo contra la misma compañía durante el carnaval en Madrid y que acabó con cinco días de prisión para los promotores. A pesar de que el mismo tribunal archivó el proceso el mes pasado, una docena de detractores se manifestó sin muchos aspavientos ante las puertas de la sala.
Los manifestantes contrarios de la función aparecieron pocos minutos antes de empezar y compartieron espacio con una treintena de personas de los colectivos ágora Juan Andrés Benítez y el taller de marionetas Pepe Otal, o el concejal de la CUP Josep Garganté, que apoyaban a los titiriteros. No se produjeran más incidentes entre ellos que algún intercambio de palabras.
El presidente de Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas José Vargas, criticó la representación, aunque no era la misma por la que los miembros de la compañía estuvieron procesados y aunque la Audiencia archivara la denuncia. “Esto es como si un juez absuelve a un pederasta porque no encuentra pruebas, pero lo sigue siendo en realidad. Ya sabemos lo que pasa, que la justicia va por un camino y la realidad por otro”, se quejó Vargas.
El responsable de la sala y de la programación, Felipe Cabezas, había emitido un comunicado por la mañana advirtiendo que no había recibido ninguna subvención en concreto para la obra por parte del Consistorio, algo que había criticado el PP y algunos medios de comunicación. La sala recibe ayudas de carácter general que obtiene por concurso, por eso sale el membrete del Consistorio en todos los carteles de las obras que se programan.”Entendemos que las acusaciones versadas sobre ellos [los titiriteros] han sido archivadas por la Audiencia Nacional, por lo tanto son, ante la ley, inocentes de los delitos que injustamente se les atribuía desde febrero” explicó Cabezas.
Review Muchos títeres y pocas protestas.