“Esta original experiencia pretende romper la cuarta pared, que el espectador participe y acaba con un chat.
Si hay un sector que tiene unas ganas enormes de volver al trabajo es el teatral. Y es que, más allá de los lógicos motivos económicos, el principal alimento del artista es el contacto con el público, escuchar sus risas y llantos y sus aplausos, comprobar cómo aquel montaje que han estado ensayando durante meses llega a los espectadores y les emociona de una u otra manera. Ya no aguantan más y, por eso, mientras se preparan para la ansiada reapertura, están buscando nuevas maneras de comunicarse. Una de ellas la acaba de lanzar la pequeña Sala Fènix de la calle Riereta, a través de la plataforma Scenikus Streaming“. Eduardo de Vicente. el Periódico
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